domingo, 8 de septiembre de 2013

Así dice el Señor:

¡Maldito el hombre que confía en el hombre! ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza y aparta su corazón del Señor! Será como una zarza en el desierto: no se dará cuenta cuando llegue el bien.Morará en la sequedad del desierto, en tierras de sal, donde nadie habita. 
Confirma esta paLabra en Jeremias 17:5-6 

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